WILL YOU MARRY ME? Una indagación retrospectiva sobre Delirious New York de Rem Koolhaas

Seguramente, la noche de bodas más divulgada de la arquitectura es la que pasaron juntos el Chrysler y el Empire Building  bajo la luz arrojada por el Rockefeller Center y contemplados por miles de rostros/edificios. Fue en 1978. La arquitectura como materia viva. Esa noche se celebraba, de nuevo, el encuentro de la cultura con la cultura. Aquella noche se escribió el manifiesto más radical de la arquitectura, pero también el más excluyente. ¡¡Nadie más que la arquitectura estaba invitado¡¡

Hoy día no sería posible ese dibujo. Al menos, sería más que deseable para la arquitectura que sus futuros matrimonios y noches de boda no fueran con ella misma. La arquitectura ya no es una princesa, los edificios ya no son lo único que la representan, la culturarquitectónica ya es mucho más que la cultura arquitectónica y la naturaleza le reclama daños y prejuicios.  

Para ella, la naturaleza siempre ha estado ahí, oculta, como una querida. Algo que se usa, que se oculta, algo de lo que se abusa, algo con quien, en el mejor de los casos, no se sabe qué dialogo mantener.

¿Es posible la reconciliación?  Will you marry me? La electiva tiene la respuesta.

Jose M. Torres Nadal  Alicante febrero 20202_UTS_ Texto de la Elective, impartida en primer semestre 2020 en Sídney. Con la colaboración de David Aznar M.

  1.  LA INFLUENCIA DE DELIRIOUS NEW YORK

Delirious New York (1978, Rem Koolhaas), DNY, es el gran libro de culto de la arquitectura contemporánea. Sobre sus postulados se ha construido no sólo toda la reciente cultura del proyecto, sino la forma de  subjetividad de la cultura del arquitecto.

De la serie de dibujos que Madelon Vreiesendorp hizo en ese momento sobre Nueva York uno de ellos se convirtió en portada del libro. Allí, en la cama de una habitación, yacen, después de haber estado haciendo el amor, con preservativo incluido, el Chrysler y el Empire tumbados, pillados in fraganti por la luz arrojada desde el Rockefeller Center. Fuera de la habitación, un infinito número de otros rascacielos culminados por una cabeza humana contemplan la escena, a modo de atentos asistentes a una ceremonia religiosa, a un ritual iniciático, o a un performance de matices entre artísticos y económicos.  Ese coito entre edificios, ese acoplamiento entre ambos emblemas arquitectónicos, va a marcar todo el contexto de discusión y producción de la arquitectura en las décadas siguientes.  Y los testigos de ese devenir son esa multitud de mitad hombres-mitad edificios, que esperan instrucciones para seguir actuando.

2. Que Rem Koolhaas escoja New York como “caso de estudio” no es ninguna sorpresa. En New York, y en concreto en el IAUS ( Institute for Architecture and Urban Studies), en los años 70, están teniendo  las discusiones centrales acerca del rumbo de la arquitectura.  Y tampoco lo es que DNY pase de ser un Manifiesto retroactivo de Manhattan al manifiesto proactivo, fundacional de OMA. Rem Koolhaas, como tantos otros arquitectos, usa la historia tratando de proyectar el pasado a una u otra forma de presente y de futuro. Su presente y su futuro. Si no es con esa finalidad, la historia no merece ser atendida de un modo especial.

Pero, en esos años, fuera del IAUS, y de sus interminables discusiones arquitectónicas lideradas por Peter Eisenman, Nueva York no puede ser un lugar más libre, más diverso y poliédrico, un auténtico hervidero de situaciones culturales oficiales y marginales a cuál más apasionante y más comprometida. NY es un lugar repleto de las más diversas minorías étnicas y culturales y de movimientos alternativos de todo signo. Infinitas formas artísticas toman cuerpo en forma de actividad política, de vanguardia cultural, o en forma de un conflicto y de una epifanía simultáneamente. En Estados Unidos en 1962, dieciséis años antes, Rachel Carson ya ha publicado el primer gran libro de denuncia ecológica, Primavera Silenciosa; en 1945 Karl Polanyi publica La gran transformación un análisis admirable del inicio de la debacle liberal y los estragos que se han producido en el contexto social; en 1978 Edward W. Said publica Orientalismo demostrando la relación de poder existente entre Oriente y Occidente; en 1971 Linda Nolchlin ha publicado Why have there been no great women artista?; entre el 1964 y 1973 Monique Witting ha publicado sus textos sobre el lesbofeminismo, precursores de la teoría queer, y por esas fechas el texto fundacional de Hannah Arendt Entre el pasado y el futuro ya tiene diecisiete años de antigüedad.

Cada una de las situaciones que subyacen tras esas publicaciones, y que son centrales, claves, para entender la realidad de NY, han sido excluidas del texto. Es la exclusión de la cultura que subyace en la diversidad de razas, de sexo o géneros; la exclusión de toda la cultura y actividad política y social de las minorías étnicas, (!!recuérdese el impacto de la obra West Side Story 1961); es la exclusión y expulsión del texto del cuerpo enfermo, del cuerpo distinto, del cuerpo-conflictivo; la exclusión de los argumentos procedentes de la precariedad cultural y su sustitución por la idea de lujo y de opulencia, la exclusión de todas las  argumentaciones que atendían nuestros compromisos y negociaciones con la naturaleza. Y es, además, la exclusión del texto de los sistemas de representación democráticos, y su sustitución por los argumentos del arquitecto como una figura estelar y el inicio y consolidación del vínculo entre práctica arquitectónica  y representación social como una forma de subjetividad: el inicio del star system como forma de actividad política del arquitecto.

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¿Podía DNY haber retomado, prolongado y amplificado toda la energía que en ese momento vivía NY?.¿Debería haber construido un enunciado alternativo propiciando un sistema de inclusiones para el proyecto de arquitectura  de todo aquello que ya sucedía en la calle, en la nueva vida doméstica, en las nuevas políticas feministas, en los compromisos ecológicos y en todas las construcciones sociales que ya entonces empiezan a  relacionar naturaleza y cultura?¿Por qué decidió incluir las delirantes y paranoicas obsesiones de Dali como contrapunto “poético” a los argumentos culturales esgrimidos contra NY por Le Corbusier, en lugar de atender el imaginario contenido Poeta en Nueva York de Federico G. Lorca?. Este poema incorpora en el texto la multiplicidad de quejidos, incluidos los maravillosos documentos fotográficos que acompañan a Poeta en Nueva York, que el poeta de Granada ha descubierto como vida latente, “angustiada, libertada, y solidaria”, subyacente en Nueva York, en sus barrios, en sus calles, en sus edificios. ¿Hubiera podido ser DNY el texto en el que se dejara de lado esa operación continuada de justificación ontológica de una cultura construida exclusivamente desde la propia cultura arquitectónica, y se iniciara en ese nuevo texto una representación de la arquitectura más allá de los edificios?

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Esa transformación /incorporación nunca tuvo lugar y esos posibles aliados de la arquitectura nunca unieron sus fuerzas. El retroceso ha sido descomunal. Aquellas mismas exclusiones con las que operó el libro, con las que Rem Koolhaas concibió su proyecto, son las mismas que han seguido bloqueando, hasta muy recientemente, el encuentro de las practicas arquitectónicas con otras prácticas sociales y políticas, y, sobre todo, las que han impedido un entendimiento de la arquitectura a través de su trans-escalaridad y transmaterialidad cultural y política con la que ahora empieza a representarse ya de un modo imprescindible.

Esta investigación se propone desmontar ese mito de “apoliticidad cultural” del manifiesto y sus consecuencias, y explorar a través de la realidadficcionada qué otro devenir hubiera sucedido de haberse entendido la arquitectura como parte de un sistema cultural no excluyente. Es una indagación crucial para que la arquitectura que nos pertenece tenga un origen preciso, y pueda, por un lado, explicar-pensar académicamente y profesionalmente, el momento en el que las cosas pudieron ser de otra manera, y por otro para celebrar con qué otros cuerpos y entidades, más allá de lo humano, la arquitectura puede ser arte y parte de una realidad alternativa. Para encontrar, en suma, un punto de referencia no solo intelectual si no cosmopolítico en el que incluir a todos y todas las especies, razas y géneros que vivirán y sufrirán sus consecuencias. 

 Jose M.  Torres Nadal_ Sidney- Alicante  Junio 2020